Viste de verano tu cocina

Llega el verano y… ¿tu cocina va a seguir igual que el resto del año? ¡No tiene por qué! Por muchos motivos, merece la pena adaptar tu cocina al estío: tanto la decoración, como los hábitos pueden (y deben) cambiar con la nueva estación. ¡Vamos con algunos consejos!

Si tienes la fortuna de vivir un eterno verano y habitas en un lugar donde siempre hace buen tiempo, tenlo en cuenta a la hora de diseñar tu cocina: los colores vivos y los materiales frescos harán de la cocina un espacio que invite a compartir con los demás. No cometas el error de aferrarte a colores clásicos y oscuros. Lo que te rodea, te pide más vida.

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Si eres de los que, como la inmensa mayoría, el verano te llega una sola vez al año, ¡sonríe! Tú también puedes disfrutar de tu cocina veraniega. Son los pequeños toques los que la harán parecer diferente:

Decórala con flores, limones, plantas aromáticas y detalles de playa como estrellas de mar y conseguirás que cambie su estilo de manera radical.
En la mesa, utiliza trapos, manteles y delantales de colores vivos o floreados. Las servilletas de papel estampadas son mágicas para conseguir un efecto veraniego. Dan alegría y dinamismo y tienen la virtud de ser muy baratas.
Si te animas a comprar nueva vajilla, disfrutarás con las opciones tan bonitas que existen para esta época del año. Si no quieres gastar ese dinero, una ensaladera, unos boles o un pequeño utensilio bastarán para darle un toque diferente.
Si te apetece, recurre a los vinilos con adhesivo: son fáciles de poner (y de quitar) y tienen la habilidad de transformar la estética de la cocina por completo.
El verano es luz, sol… y mucho calor, por ello procura ventilar a primera y última hora del día, baja persianas o corre cortinas, olvídate de cocinar en el horno, evita estar abriendo y cerrando constantemente la nevera y guarda siempre en ella la comida sin dejar nada al alcance de la vista… y de las altas temperaturas.
Y por supuesto, a la hora de cocinar ¡que se note que es verano! Ensaladas, platos frescos y propuestas ligeras y apetitosas como un gazpacho, una crema fría, fruta o helados de postre no deben faltar en tu mesa.